domingo, 13 de noviembre de 2011

NIÑOS ROBADOS: EL CASO ARGENTINO


Entre 1976 y 1983, durante la dictadura argentina, la vida de unos 500 niños y de sus padres cambió de manera radical.  Sufrieron una experiencia igual que la de los aborígenes australianos, como vimos anteriormente. De hecho, estos bebés fueron robados a sus padres en cuanto nacieron y luego fueron dados a familias cercanas a los militares.

Hoy en día sólo una centena de esos niños han descubierto sus verdaderos orígenes, identidad y familia, especialmente gracias a la labor de la Asociación Madres de la Plaza de Mayo. Se trata de un grupo que ha « recorrido un largo camino que se inicia un 30 de abril de 1977, en plena dictadura militar, a instancias de Azucena Villaflor de Vincenti, cuando catorce mujeres hacen pública la desaparición forzada de sus hijos a través del accionar genocida del terrorismo de Estado. » (  http://www.madresfundadoras.org.ar/ ) Entre los que todavía no conocen su historia, algunos morirán sin saber que las personas a las que han llamado papá y mamá durante toda su vida en realidad fueron usurpadores.


La dictadura intentó eliminar a todas las oponentes y las mujeres de los oponentes. Las que estaban embarazadas fueron llevadas a la ESMA, la Escuela Superior de Mecánica de la Armada. Este edificio conllevaba una maternidad clandestina al lado de las salas de tortura. Las futuras madres fueron encadenadas y encapuchadas para que no vieran al niño a quien acabaran de dar a luz. Después del parto, las llevaron en aviones y las tiraron al mar, desnudas y vivas.

El 28 de febrero, en un tribunal de Buenos Aires, se abrió el pleito de ocho antiguos militares, incluyendo los dictadores Jorge Videla y Reynaldo Bignone, que están acusados de raptos de bebés. Marca un gran momento para la Historia, a pesar de reavivar algunos de los peores recuerdos de Argentina. Estos hombres ya han sido juzgados por asesinatos, raptos o torturas, pero es la primera vez que se juzga el robo de bebés como plano sistemático organizado por la dictadura.

El juez escuchó con mucha atención el testimonio de la diputada Victoria Donda, que ahora tiene 34 años, y que publicó el año pasado el relato de su vida llamado Mi nombre es Victoria. Ella perdonó a sus padres, pero todos no reaccionan de la misma manera. Por su parte, la hermana de Victoria, Eva, rechaza la realidad y sigue defiendo al tío quien la educó haciéndola creer que era su padre. Sin embargo, Adolfo Donda mató a su propio hermano y a su cuñada, los padres biológicos.

Desde hace 10 años, las asociaciones de defensa de los derechos humanos están luchando para estos niños robados, pero los falsos padres hacen todo lo que puedan para no someterse a un examen ADN.

Para mas informaciones:
El Pais
RTVE

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