jueves, 17 de noviembre de 2011

LOS PIGMEOS



Los pigmeos viven en la costa atlántica, en Camerún, en Guinea Ecuatorial, en el Congo, en Burundi, en Gabón y en Uganda. Todas estas colectividades todavía no son muy conocidas; son definidas sobre todo por la lengua que hablan. Existen dos grandes grupos de idiomas, entre los cuales no hay ninguna comprensión. Por lo tanto, no se trata de una única comunidad, sino más bien de distintos pequeños grupos que mantienen relaciones con sus vecinos. Los dos grandes bloques de locutores pigmeos son los baka y los aka. Están constituidos por pequeñas colectividades de 20 a 30 personas.

La palabra “pigmeo” se utiliza para definir a los pueblos cuyos nombres y lugares de vida difieren pero que tienen todos el mismo modo de vida y que se parecen al nivel anatómico. Sin embargo, los pigmeos prefieren cuando se utiliza sus etnónimos (baka, kwa, twa, etc.). También hay que saber que, en la selva, no existen las fronteras aduaneras. Así los pigmeos no se dan cuenta cuando cambian de país porque siempre quedan en su territorio. Son un pueblo de cazadores-recolectores pero son móviles (no sedentarios).


En cuanto a la ciudadanía
Primero, la ciudadanía es cosa de los Estados modernos. En efecto, la conferencia de Berlín de 1884 dividió África y creó las colonias, que acabaron bastante tarde. En 1960, casi todos los países africanos han adquirido su independencia. Ese año, en Camerún, los pigmeos no formaban parte de las preocupaciones del Estado. Gestionar las minorías no estaba importante. Los pigmeos estaban considerados como marginados y no tenían contactos con el Estado. Para lograr la nacionalidad del Estado, es decir para obtener un DNI, debe haber una partida de nacimiento. Dado que los pigmeos nunca fueron censados, no pueden tener partidas de nacimiento. Además es necesario tirar fotografías, ir al ayuntamiento, etc., lo que ocasiona gastos. Por lo tanto, cuando los pigmeos paseaban por los pueblos y las ciudades, estaban estigmatizados.

En 1996, todos los cameruneses son iguales y el Estado tiene que ocuparse de las minorías. Pero, en realidad, los pigmeos están abandonados a sí mismos. El Estado exige que la población pague impuestos de 3500 CFA (francos de las colonias francesas de África, o sea 6,50 euros) y recauda estos impuestos mediante los jefes de pueblos que, cuando reciben el dinero de los ciudadanos, les dan un recibo. Los pigmeos, que no tienen DNI, no pueden obtener el recibo y cuando un recaudador ve a alguien que no tiene recibo, se trae a esta persona a la cárcel. Entonces, ya que los pigmeos no tienen dinero y que temen a la policía, se atrincheran cada vez más en la selva.



En 1990, una ley liberaliza la creación de grupos políticos, y entre los cuales las ONGs cuyo objetivo es ayudar a los pigmeos. Producen un discurso de militancia y explican a los pigmeos que también poseen derechos. Gracias a esas instituciones, tienen la posibilidad de ir al médico para que les firme un certificado de edad aparente, lo que luego les permite recibir un DNI. Así pues, el Estado tiene que reconocerles y escucharles. El problema sucede cuando los pigmeos no declaran que ya tienen un carnet de identidad: algunos gozan de 5 carnets, con 5 edades diferentes, pero el mismo nombre, lo que falsea el trabajo de los censistas.

Los pigmeos también quieren organizarse por sí mismos y establecer movimientos, pero todavía son los responsables de las ONGs que les dirigen, o sea no se toma en consideración el discurso directo por parte del autóctono. Además, los pigmeos carecen de educación y eso les impide defenderse.

En Burundi, el gobierno ha desarrollado un compromiso para que todos los ciudadanos tengan algo que decir. En total, existen 6 parlamentarios pigmeos. En Ruanda, los rebeldes del oeste de la RDC mataban y comían a los pigmeos  porque no les consideraban como hombres. Durante el periodo de genocidio, muchos pigmeos murieron. Kagamé entonces promulgó una ley para abolir las etnias (como los hutus y los tutsis). Fue una decisión muy peligrosa, así Kalimba Zephirin y la comunidad de los Batwa crearon la CAURWA (Comunidad de Ruandeses Indígenas), pero esta organización ahora es disuelta.
   
Antes, ningún pigmeo podía mezclarse con otra etnia. Hoy en día, el mestizaje es más frecuente. Sin embargo, según los documentos y los acontecimientos históricos, sigue existiendo alguna relación de fuerzas entre las distintas comunidades. Todavía hay ninguna élite intelectual, no hay ninguna forma de conciencia común a causa de su micro-localización. Las ONGs instrumentalizan los pigmeos y viceversa. También se encuentran en una zona del mundo donde el nivel político es catastrófico, con dictaduras muy fuertes y conflictos que se prolongan desde hace 30 años por lo menos. Todo eso no favorece el establecimiento de una política coherente. Entonces, no resulta fácil fundar un movimiento interpigmeo.

El documental La saison des chenilles (La estación de las orugas) presenta la realidad contemporánea de los pigmeos con sus vecinos. Se sigue a una familia Aka durante la estación de las orugas, que es un buen periodo para encontrar mujeres, y para los ritos de iniciación de los niños (cuando proceden al tallado de dientes).  Se trata de un periodo de abundancia, y las orugas constituyen una comida muy apreciada.

Para ver el vídeo, pinche aquí: La saison des chenilles

Los pigmeos trabajan en los campos buscando las orugas para cambiarlas por sal, cigarrillos y ropa. Cambian de campamento alrededor de 8 veces al año. Una leyenda dice que, antes, esos autóctonos vivían en los pueblos, hasta que un día llegaron abejas. La mujer del herrero las vio y pidió a su marido que las siguiera. Entonces él las siguió y descubrió que su miel era deliciosa. Con esta información, el pueblo se vació y los pigmeos fueron a buscar miel. Cuando regresaron, su pueble estaba ocupado por grandes hombres y, desde ese momento, los pigmeos empezaron a vivir en la selva, cazando y cosechando.

La vida de los adolescentes es idílica. Se encuentran después de la infancia y antes del matrimonio. Sólo se les pide que reconstruyan las casas cuando las comunidades mueven. No tienen que cumplir cualquiera forma de orden. Los padres los enseñan las cosas y les dejan arreglándoselas.


El tallado de los dientes en puntas es un criterio de belleza. Es extremadamente doloroso, pero primordial tanto para los muchachos como para las muchachas. Las danzas constituyen el medio por el cual los adolescentes encuentran a las jóvenes mujeres.


La brujería es un elemento regulador muy presente entre los pueblos y las comunidades pigmeas, mediante, por ejemplo, los pactos de sangre. El brujo es ambivalente y puede ser un hombre o una mujer. 


domingo, 13 de noviembre de 2011

NIÑOS ROBADOS: EL CASO ARGENTINO


Entre 1976 y 1983, durante la dictadura argentina, la vida de unos 500 niños y de sus padres cambió de manera radical.  Sufrieron una experiencia igual que la de los aborígenes australianos, como vimos anteriormente. De hecho, estos bebés fueron robados a sus padres en cuanto nacieron y luego fueron dados a familias cercanas a los militares.

Hoy en día sólo una centena de esos niños han descubierto sus verdaderos orígenes, identidad y familia, especialmente gracias a la labor de la Asociación Madres de la Plaza de Mayo. Se trata de un grupo que ha « recorrido un largo camino que se inicia un 30 de abril de 1977, en plena dictadura militar, a instancias de Azucena Villaflor de Vincenti, cuando catorce mujeres hacen pública la desaparición forzada de sus hijos a través del accionar genocida del terrorismo de Estado. » (  http://www.madresfundadoras.org.ar/ ) Entre los que todavía no conocen su historia, algunos morirán sin saber que las personas a las que han llamado papá y mamá durante toda su vida en realidad fueron usurpadores.


La dictadura intentó eliminar a todas las oponentes y las mujeres de los oponentes. Las que estaban embarazadas fueron llevadas a la ESMA, la Escuela Superior de Mecánica de la Armada. Este edificio conllevaba una maternidad clandestina al lado de las salas de tortura. Las futuras madres fueron encadenadas y encapuchadas para que no vieran al niño a quien acabaran de dar a luz. Después del parto, las llevaron en aviones y las tiraron al mar, desnudas y vivas.

El 28 de febrero, en un tribunal de Buenos Aires, se abrió el pleito de ocho antiguos militares, incluyendo los dictadores Jorge Videla y Reynaldo Bignone, que están acusados de raptos de bebés. Marca un gran momento para la Historia, a pesar de reavivar algunos de los peores recuerdos de Argentina. Estos hombres ya han sido juzgados por asesinatos, raptos o torturas, pero es la primera vez que se juzga el robo de bebés como plano sistemático organizado por la dictadura.

El juez escuchó con mucha atención el testimonio de la diputada Victoria Donda, que ahora tiene 34 años, y que publicó el año pasado el relato de su vida llamado Mi nombre es Victoria. Ella perdonó a sus padres, pero todos no reaccionan de la misma manera. Por su parte, la hermana de Victoria, Eva, rechaza la realidad y sigue defiendo al tío quien la educó haciéndola creer que era su padre. Sin embargo, Adolfo Donda mató a su propio hermano y a su cuñada, los padres biológicos.

Desde hace 10 años, las asociaciones de defensa de los derechos humanos están luchando para estos niños robados, pero los falsos padres hacen todo lo que puedan para no someterse a un examen ADN.

Para mas informaciones:
El Pais
RTVE